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Am 29. Februar 2000 erwirkte John Price eine einstweilige Verfügung gegen seine Freundin, Katherine Knight. Später an diesem Tag erzählte er seinen Kollegen, dass sie auf ihn eingestochen habe. Falls er jemals spurlos verschwinden sollte, habe Knight ihn getötet.

Vier erschütternde wahre Kriminalgeschichten in einem Band von bestsellerautor Ryan Green.

Im Juli 1981, nur wenige Tage nach seiner Entlassung aus dem Gefängnis, ließ Clifford Olson Junior die Hölle über British Columbia hereinbrechen. Er entführte, vergewaltigte und tötete sechs Kinder und Jugendliche in einem einzigen Monat. Während die zuvor als vermisst gemeldeten Kinder für Ausreißer gehalten worden waren, stand nun außer Frage, dass jemand in Lower Mainland Kinder entführt hatte, und die Medien liefen Sturm.

Am 29. Februar 2000 erwirkte John Price eine einstweilige Verfügung gegen seine Freundin, Katherine Knight. Später an diesem Tag erzählte er seinen Kollegen, dass sie auf ihn eingestochen habe. Falls er jemals spurlos verschwinden sollte, habe Knight ihn getötet.

Am 20. Mai 1999 wurde die südaustralische Polizei gerufen, um eine stillgelegte Bank in der bescheidenen Stadt Snowtown im Zusammenhang mit dem Verschwinden mehrerer vermisster Personen zu untersuchen. Die Beamten waren nicht auf die schreckliche Szene vorbereitet, die sie erwartete.

Der Fluch ist ein erschütternder Bericht über einen der brutalsten und bizarrsten Kriminalfälle der Geschichte. Ryan Greens fesselnde Erzählung zieht den Leser in das wahre Grauen, das die Opfer erlebt haben, hinein und verfügt über alle Elemente eines klassischen Thrillers.

Im Juli 1965 wurden die Teenager Sylvia und Jenny Likens vorübergehend in die Obhut von Gertrude Baniszewski, einer alleinerziehenden Mutter mittleren Alters, und ihrer sieben Kinder gegeben. Der Baniszewski-Haushalt quoll regelrecht über vor Kindern und es gab nur wenige Regeln und sehr viel Freiheit. Leider schuf dieses Umfeld eine gefährliche Hierarchie des Sozialdarwinismus, in der die Starken die Schwachen ausbeuteten. Was sich in den folgenden drei Monaten ereignete, war gleichzeitig fesselnd als auch abschreckend.

En 1927, Charley Braggs llegó a casa y encontró a dos de sus hijas muertas. El médico que observó a las niñas en sus últimos momentos diagnosticó que había sido a causa de una intoxicación alimentaria. No fue necesario realizar una autopsia. Su esposa, Nannie, atribuyó a los granos de avena contaminados como la causa de la intoxicación, pero Charley no estaba convencido.

En 1988, los detectives del Departamento de Policía de Sacramento, fueron llamados para investigar la desaparición de un hombre en su última dirección conocida: una casa de huéspedes para ancianos, indigentes y enfermos mentales. La propietaria, Dorothea Puente, era una adorable anciana que cuidaba de los vagabundos y del resto de los náufragos de la sociedad. ¿Estaban perdiendo el tiempo persiguiendo a una anciana encantadora y caritativa o se estaban acercando a una asesina encubierta que explotaba a los miembros más vulnerables de la sociedad? 

En julio de 1965, las adolescentes Sylvia y Jenny Likens quedaron al cuidado temporal de Gertrude Baniszewski, una madre soltera de mediana edad y sus siete hijos. Lo que sucedió en los tres meses siguientes fue tan fascinante como escalofriante. En octubre de 1965, el cuerpo de Sylvia Likens fue encontrado en el sótano de la casa de los Baniszewski, donde había estado confinada. El caso conmocionó a toda la nación y más tarde sería descrito como "El peor crimen perpetuado contra un individuo en la historia de Indiana". 

1927 kam Charley Braggs eines Tages nach Hause und fand zwei seiner Kinder tot vor. Der Hausarzt diagnostizierte eine Lebensmittelvergiftung als Todesursache, wodurch eine Autopsie nicht mehr nötig erschien.

1902, im Alter von 11 Jahren, brach Carl Panzram in das Haus eines Nachbarn ein und stahl einige Äpfel, einen Kuchen und einen Revolver. Da er häufig Unruhe stiftete, beschloss das Gericht, an ihm ein Exempel zu statuieren und ihn in die Obhut der Minnesota State Reform School zu geben. Während seiner zweijährigen Haftzeit wurde Carl vom Schulpersonal wiederholt geschlagen, gedemütigt und vergewaltigt.

En julio de 1981, apenas unos días después de haber sido liberado de la cárcel, Clifford Olson Junior desató un infierno en la Columbia Británica. Secuestró, violó y mató a seis niños y adolescentes en un solo mes. Mientras que los anteriores niños desaparecidos habían sido considerados simplemente como fugitivos, ahora, no cabía duda de que alguien estaba secuestrando niños en la zona de Lower Mainland, y los medios de comunicación se encendieron.

El 5 de junio de 1983, Henry Lee Lucas fue arrestado por posesión ilegal de un arma de fuego. Tras cuatro días detenido, Lucas confesó haber matado a esas dos mujeres. Lo que ocurrió en los meses siguientes fue tan peculiar como fascinante. Lucas confesó haber asesinado, violado y mutilado a cientos de mujeres más junto a su amigo y amante Ottis Toole, bajo la influencia de una secta satánica. Pero los investigadores descubrieron que Lucas confesaba crímenes que se contradecían unos con otros, poniendo en duda la diferencia entre la realidad y la ficción.

Al abandonar Fort Leavenworth en 1910, la experiencia le había convertido en el hombre que sería el resto de su vida. Su odio hacia la humanidad estaba firmemente arraigado y se propuso hacer a los demás lo que ellos pudieran hacerle a él. La campaña de terror de toda su vida podía finalmente comenzar y nada podría interponerse en su camino. Matar a todos es un relato escalofriante y apasionante de una de las series de crímenes reales más brutales y espeluznantes de la historia de los Estados Unidos.